Duplica el rendimiento de los tomates: añádelo a la tierra al plantar
Un suelo sano es la clave para cultivar tomates con éxito. En este artículo aprenderás a controlar eficazmente la propagación de enfermedades fúngicas, especialmente la Phytophthora infestans, considerada una de las enfermedades más graves del tomate.
Prevención y protección del suelo
1. 1. Preparación del suelo:
Cavar el hoyo: Para empezar, cava un hoyo de unos 50 cm de profundidad.
Conservar los elementos útiles: Al retirar la hierba del suelo, tenga cuidado de preservar los elementos útiles necesarios para el crecimiento del tomate.
2. Añadir ingredientes clave:
Bicarbonato potásico y cal agrícola: Mezcle la tierra con bicarbonato potásico y cal agrícola. Estos componentes son eficaces en el control de hongos y plagas, siendo el bicarbonato potásico especialmente eficaz y respetuoso con el medio ambiente.
Aplicación: Esparza la mezcla alrededor de la planta en la zona radicular para protegerla bajo tierra.
3. Aplicar en las hojas:
Pulverizar: Si la primavera no es demasiado húmeda, prepare una pulverización de bicarbonato potásico, cal agrícola, jabón y aceite diluidos en 4 litros de agua y aplíquela sobre las hojas del tomate.
4. Acolchado y protección:
Uso de film agrícola: Evita el mayor impacto del moho que puede evaporarse del suelo.
Cubra con mantillo con cuidado: Al acolchar el suelo, ten cuidado de no soplar la paja, ya que podrías liberar esporas de moho en el suelo.
5. Rotación de cultivos y desinfección de las herramientas:
6. Prevención de la contaminación: Después de la temporada, si ha tenido problemas con Phytophthora infestans, no utilice el mismo lugar ni el mismo suelo para las nuevas plántulas.
Herramientas de limpieza: Desinfecte cualquier herramienta que pueda haber estado en contacto con tierra contaminada.
Estas medidas te ayudarán a proteger tus tomates de los hongos y el moho, a mejorar la salud del suelo y a duplicar potencialmente tus cosechas sin necesidad de utilizar pulverizadores químicos. Los métodos naturales no sólo protegen las plantas, sino que también promueven prácticas agrícolas sostenibles.